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Los actos de comercio

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La sociedad en la que vivimos se encuentra sumergida en una normatividad que se conoce como estado de derecho, en la cual, todo  acto que celebramos va controlado por el Estado; a pesar de la inconsciencia de la vida actual y de la falta de información, la norma jurídica es preponderante e imperativa en todos los aspectos de la vida del hombre, todas las actividades de los individuos que viven en sociedad están reguladas por el mundo de la norma jurídica.

Desafortunadamente, el Derecho no evoluciona tan rápido como la sociedad, por lo que es imprescindible la búsqueda continua de nuevas figuras legales, de complejos sistemas de control y vigilancia.

En virtud de lo anterior, la importancia que guarda el derecho mercantil a fin de regular los actos y actividades derivadas del comercio es muy grande, por lo que es primordial atribuir que el derecho mercantil en muchas ocasiones se ve rebasada por los mismos, pero es imperante la determinación de leyes y normas que regulen estos actos o actividades, bajo términos adecuados y eficientes de acuerdo a legalidad y derecho.

Es por esto la importancia del Derecho Mercantil como un sistema de leyes, reglamentos, circulares, usos y costumbres interrelacionados, útil a todo aquel que lo necesite para realizar actos de naturaleza comercial que le permitan incrementar sus ganancias y obtener un lucro económico. Regulador de la conducta de los sujetos del Derecho que reciben el apelativo de comerciantes, así como sus actividades y obligaciones.

En este contexto y en aplicación directa a los actos de comercio los cuales se derivan o son la parte esencial de las actividades que realizan las personas o individuos dedicados a estas tareas, es preciso tener en consideración que los actos de comercio dan el nacimiento a la ley mercantil. Si nos vamos a los antecedente históricos, podemos darnos cuenta que el comercio tiene una génesis de hace varios siglos y en base a estas exigencias y al necesitar normas o regulaciones, ya sea en una faceta de comerciante, o bien, como un asesor respetuoso de la regulación mercantil, el articulado que maneja el Código de Comercio estipula quiénes se deben considerar como comerciantes, las obligaciones y prerrogativas con las que cuenta, además, plantea y establece cuáles se consideran actos de comercio, los elementos y fines esenciales de estos, si bien los actos de comercio se regulan por el Código de Comercio, esto quiere decir, que del mismo modo, se juzgan aplicando los preceptos contenidos en esta norma, para proteger los intereses de quienes realizan la actividad comercial, en apego a las leyes establecidas y castiga a quien las violenta o trasgrede de cualquier forma.

A pesar de la imposibilidad para definir el acto de comercio, por una cuestión de metodología, los estudiosos del derecho mercantil han tratado de identificar la esencia del acto de comercio para poder distinguirlo del acto civil, de lo cual han resultado varias características.

Una de estas características del acto de comercio es el lucro, el cual es un término económico que consiste en la obtención de una utilidad o ganancia por medio de la especulación.

La ganancia es el excedente que se obtiene de los ingresos sobre los egresos, es decir, las ganancias se obtienen cando los ingresos por una actividad son mayores que los costos generados para realizarla.

Aunando al concepto de ganancia está la especulación, la cual está íntimamente ligada al lucro y va de la mano de la ganancia, pero sin llegar a ser un sinónimo de lucro ni de ganancia. La especulación consiste en la obtención de una ganancia con base en las variaciones en los precios de compra y venta.

En otras palabras, el lucro implica la obtención de una ganancia por la ganancia misma y no para satisfacer una necesidad. De ahí que este elemento sea utilizado para distinguir a los actos de comercio de los actos civiles.

En el derecho civil, la ganancia no se obtiene como resultado de intercambios sucesivos para aprovechar las variaciones en los precios pues de alguna forma hay una finalidad de uso o consumo personal de lo que se intercambia.

Como se puede establecer, los actos de comercio siguen ciertas finalidades que los actos civiles no, pero particularmente el acto de comercio establece que al realizarlo se obtendrá un lucro, que traerá consigo una ganancia, la cual a su vez estará ligada a una especulación de precios del producto o servicio que se pretenda comerciar, esto da la pauta para que el comerciante tenga una idea del movimiento de los mercados donde establece su negocio y es importante que lo conozca bien, por que de ello depende que su actividad prospere.

FUENTE:

– http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/7/3259/5.pdf

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